Residencia 2.0 Tres Orillas
UBICACIÓN
Barcelona, España
20 de junio de 2025
RESIDENTE
Kate Busby
Residencia 2.0 Tres Orillas: La herencia de Kate es tan entrelazada y singular como su menú: su familia paterna son judíos marroquíes de Andalucía, mientras que su familia materna son musulmanes iraníes que emigraron a Kuwait. Adoptada y criada en el Reino Unido, Kate ha vivido en España durante 13 años. Este menú de residencia, moldeado por tres costas, es su manera de rastrear y acercarse a sus raíces a través de la comida y la narración.
El menú de esta noche es más que una colección de sabores: es una historia de migración, de partidas forzadas y llegadas llenas de esperanza, de pérdida y reinvención. Es la historia de mis antepasados, transportada no en reliquias o monumentos, sino en los platos que se han transmitido a través de generaciones.
Ajo blanco. Comenzamos en Al-Ándalus, donde vivieron mis antepasados judíos paternos, donde los patios se llenaban de risas y debates, y donde el ajo blanco—un delicado gazpacho de almendras—ofrecía alivio fresco frente al calor del sur. Cuando llegó la Reconquista, se vieron obligados a partir, llevando consigo poco más que el recuerdo.
Bstilla de champiñones. En Fez, Marruecos, reconstruyeron sus vidas en una ciudad que acogía a poetas y eruditos, donde la cultura florecía a pesar del peso del desplazamiento. Allí, las capas crujientes de la bstilla, espolvoreadas con canela y azúcar, se convirtieron en un símbolo de supervivencia: la dulzura de empezar de nuevo después de perderlo todo.
Mechboos. Por el lado materno, el viaje nos lleva a Kuwait, donde el mechboos, fragante con especias, es el corazón de cada reunión. Tradicionalmente se come con las manos, de un plato compartido; esta noche lo sirvo de manera diferente: porciones individuales, cubiertos al lado—una reflexión silenciosa de mi crianza europea, de las formas en que he tenido un pie en dos mundos, sin pertenecer del todo a ninguno.
Gers ogaily. Y finalmente, terminamos con gers ogaily, un pastel dorado infusionado con azafrán, agua de rosas y cardamomo, cuyos sabores nos remontan a Irán, donde caminaron los antepasados de mi madre. Los pasteles tienen un significado más allá del sabor: son símbolos de celebración, de unidad, pero también de ausencia. Del espacio vacío que queda atrás. Del anhelo de un hogar que ya no existe.
CRÉDITOS
CERÁMICA:
Eva Guallar
DISEÑO:
Ana Holschuh
Equipo BITUTE:
Matias Campa
& Ana Holschuh